Los despidos que se vienen dando son -en su gran mayoría- del personal que trabaja en el famoso hospital Cacho Caporaletti, donde hace días hicieron un reclamo vía redes sociales y fue subido a varias páginas de información locales del distrito de José C. Paz, pidiendo mejoras salariales y material de bioseguridad y otros insumos básicos, que deberían tener en cualquier nosocomio. Pero eso a Mario Ishii lo enojó y empezó a castigar por reclamar sus derechos y por pedir seguridad laboral.

De esta manera se se maneja el mandamás de José C. Paz, un déspota total de la peor calaña contra los trabajadores de la salud pública, que en estos momentos tan cruciales ante la terrorífica pandemia del coronavirus son los que están en la trinchera al pie del cañón. Pero este personaje como el dictador de Costa Pobre no es más nada más que un reverendo infeliz, que a sus punteros-dealers del distrito no los despide, todo lo contrario. Hace del narcotráfico el negocio más próspero, como su asesor estrella Gustavo Collado Correa, que fue detenido por comercialización de cocaína.